Para mí, casi toda una vida
contigo. No me queda otra cosa que decirte gracias mi niña. Gracias por
enseñarme tantas cosas como prestarte atención cuando lo necesitabas, gracias
por hacerme reír, llorar y enternecerme. Gracias por despertarme cada día a mí
primero, por ser siempre la primera en saludarme al entrar por la puerta
después del trabajo y por seguirme por toda la casa.
Si yo estaba, tú también siempre
estabas. No cambio por nada los viajes en moto que hemos hecho juntas, guardada
tu en mi chaqueta con la cabeza asomada, ni las veces que te has revolcado en
mi cama pidiéndome mimos, ni cambio ni una sola de tus trastadas en casa;
simplemente gracias por haber formado parte de mi evolución.
Viniste a mi vida para enseñarme
valores que guardaré hasta el día de mi muerte y sólo espero que yo te haya
hecho tan feliz como tú a mí. No te reprocho el que te hayas ido en estas
fechas tan dolorosas, en cambio te agradezco que esperaras a que yo llegara a
casa para despedirte de mí, lo vi en tus ojos y perdóname si lloré y sigo
llorando, es que te echo y te voy a echar muchísimo de menos.
Te quiero mi reina, mi gordita, mi perrita especial.
Eres la mejor perra que he tenido y aunque ya no estés, en mi memoria está el
tesoro de todo lo que hemos compartido juntas. Te quiero Lua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te transmite algo lo que acabas de leer? Si es así, gracias por dejar un comentario.