Se hizo personaje de las delicias de mis cuentos tocando las cuerdas de su guitarra.
Vaqueritos gastados, sonrisa alunada y deportivas colorás, como coloraos deben ser sus besos...
En su escenario me comí su amabilidad colocando mi mano en su cintura mientras mis dedos se dejaban tentar por los lunares de su espalda desnuda.
Mi piel se derretía al calor de sus manos en la oscuridad de un rincón en la que cien miradas se incrustaban sobre nuestra imagen, hacía calor pero yo era un mar de escalofríos en su presencia.
De nuevo su sonrisa lunática y loca, siempre ahí, sin perderse en ninguna parte porque ya me perdía yo adorando sus pequeños tatuajes con mi lengua descarriada por todo su cuerpo.
Pronunciar su nombre es dar vida a su voz en cada función, es bailar un tango a la luz de la luna con sus suspiros abandonados entre mis piernas, es grabar sus canciones a fuego en cada uno de los sentidos impregnando el aire de poemas vagabundos entre notas musicales...
Por una noche me alimenté un poco de su esencia, me dejé devorar por su figura entre luces y sombras, me consentí ver sus ojos en cada estrella de esa noche, me permití olvidar quien era para adentrarme en sus sueños...
*Imágen: Luis Ricardo Falero
©DeLuNa©
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Muy buen texto como siempre! Si es q sabes plasmar lo q sientes y trasmitirlo...jaja me encantan tus metaforas :D tuvo q ser una noche inolvidable para ti!! Coral González
ResponderEliminarBueno, jajajaja, fue un concierto muy entretenido Coralita... Y no seas mal pensada, evidentemente, todo está en mi mente. La realidad es más cruel (jajaja)
Eliminarsi pudiese expesar con palabras todo lo que me pasa por la cabeza, resolveria muchos problemas, es muy bonito lo que escribes liliana
ResponderEliminarGracias Eugenio... :-) y tu, inténtalo. Coge boli y papel y simplemente déjate llevar por los pensamientos.
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